Investigadores de la organización sin fines de lucro Exponential Science y University College London han señalado que las prohibiciones de la minería de Bitcoin podrían tener consecuencias ambientales no deseadas que podrían aumentar las emisiones de carbono hasta en 2,5 millones de toneladas al año.
En el papel Titulado “Las consecuencias no deseadas del carbono de las prohibiciones de la minería de Bitcoin: una paradoja en la política ambiental”, los investigadores examinaron cómo las preocupaciones sobre el impacto ambiental de la minería de Bitcoin han llevado a varios gobiernos a considerar o implementar prohibiciones a la minería de criptomonedas.
Sin embargo, estas políticas bien intencionadas pueden haber tenido el efecto opuesto de trasladar las operaciones mineras a regiones con mayores emisiones de carbono.
El equipo de investigación, formado por el Dr. Paolo Tasca, Juan Ignacio Ibáñez, Aayush Ladda y Logan Alred, utilizó datos de Nodiens para modelar el impacto ambiental de las prohibiciones de minería de Bitcoin mediante la evaluación de las emisiones totales de carbono en varios países.
Impacto ambiental
Los investigadores enfatizaron que las prohibiciones mineras en países ricos en energía renovable (como Canadá, Paraguay, El Salvador y Noruega) podrían aumentar las emisiones, socavando así los objetivos ambientales de estos países.
Por ejemplo, Canadá, que depende en gran medida de la energía nuclear e hidroeléctrica, podría experimentar un aumento significativo de las emisiones de carbono de hasta 2,5 millones de toneladas al año. Paraguay, El Salvador y Noruega también verían mayores emisiones debido a prohibiciones similares.
Mientras tanto, una prohibición en países con fuentes de energía intensivas en carbono, como Kazajstán, China y Malasia, probablemente reduciría las emisiones. Kazajstán, que depende principalmente de combustibles fósiles, podría experimentar una disminución significativa de las emisiones de carbono de hasta 3,4 millones de toneladas si adoptara tales iniciativas.
El estudio también examinó posibles prohibiciones a nivel estatal en Estados Unidos. Señaló que Kentucky, Georgia y Nebraska podrían experimentar una reducción de emisiones con una prohibición, mientras que Nueva York y Texas probablemente verían un aumento de emisiones debido a acciones similares.
Consecuencias no deseadas
La investigación sugiere que las prohibiciones de la minería de Bitcoin en países con bajas emisiones podrían conducir a un aumento neto sustancial de las emisiones globales de carbono a medida que las operaciones mineras se trasladan a regiones con mayor huella de carbono. Este resultado contradice los objetivos originales de estas políticas.
Para abordar estos desafíos, los investigadores abogan por un marco regulatorio más matizado en torno a la minería de Bitcoin. Destacan que no toda la minería de Bitcoin es igual y que es vital evaluar las fuentes de energía utilizadas en las operaciones mineras antes de establecer políticas regulatorias.
Además, el documento instaba a los responsables políticos a reconsiderar la eficacia de las prohibiciones absolutas de la minería de Bitcoin como medio para reducir las emisiones globales de carbono.
En cambio, el documento afirmaba que las autoridades deberían fomentar el uso de energía renovable para las operaciones mineras en áreas con altas emisiones de carbono y proporcionar incentivos para reubicar las actividades mineras en regiones con bajas emisiones de carbono, lo que podría alinearse mejor con el objetivo de reducir las emisiones de carbono y al mismo tiempo apoyar el crecimiento de el sector criptográfico.
Margot Paez, miembro del Bitcoin Policy Institute, se hace eco de este sentimiento. Ella cree que Bitcoin tiene el potencial de facilitar una transición del sistema económico existente a uno que se alinee mejor con los principios ecológicos y, en última instancia, ayude a mitigar los peores efectos del cambio climático.