El director ejecutivo de Coinbase, Brian Armstrong, ha revelado los esfuerzos en curso para obtener documentación a través de la Ley de Libertad de Información (FOIA) para descubrir el alcance total de los cierres de cuentas relacionados con las criptomonedas de los bancos estadounidenses.
En un 27 de noviembre correo En X, Armstrong “confirmó” que varios bancos han cortado lazos con las partes interesadas en las criptomonedas únicamente debido a su participación en la industria. Calificó estas acciones de poco éticas y contrarias a los valores estadounidenses.
Armstrong sugirió que el sentimiento anti-cripto, impulsado por figuras como la senadora Elizabeth Warren y el presidente saliente de la SEC, Gary Gensler, podría estar en la raíz de estas decisiones. Él dijo:
“Supongo que encontraremos las huellas dactilares de Elizabeth Warren por todas partes (el propio Biden probablemente no lo sabía)”.
Señaló que estas acciones pueden haber contribuido a las recientes pérdidas políticas del Partido Demócrata. Armstrong instó al partido a distanciarse de figuras como el senador Warren, a quien calificó de un lastre para sus futuras perspectivas electorales. Añadió:
“Warren y Gensler intentaron acabar ilegalmente con toda nuestra industria, y fue un factor importante para que los demócratas perdieran las elecciones”.
Operación Punto de Choque 2.0
Mientras tanto, otras partes interesadas en las criptomonedas han compartido experiencias similares en las que se les ha negado el acceso a servicios financieros.
El 27 de noviembre, Roman Storm, un desarrollador detrás del controvertido proyecto Tornado Cash, reveló que se había enfrentado a repetidas operaciones bancarias debido a su asociación con el mezclador de criptomonedas sancionado. Expresó su frustración y afirmó que ha “perdido la cuenta” de las veces que esto ha ocurrido en los últimos dos años y medio.
Sam Kazemian, fundador de Frax Finance, compartió una experiencia similar. Reveló que JPMorgan Chase le había informado en diciembre pasado que cerrarían las cuentas de las personas cuyos ingresos principales provengan de las criptomonedas.
Atribuyó la decisión a directivas de altos ejecutivos y agregó que la mayoría de los clientes probablemente no reciban explicación alguna por tales cierres. Él fijado:
“Tenía una relación cercana con mi banquero, así que supongo que el 99% de las personas ni siquiera obtendrían ese tipo de transparencia/explicación. Quería agregar mi propio nombre a la lista de OCP desbancarizados. Es real. Sucedió”.
Estas revelaciones se alinean con las declaraciones del capitalista de riesgo Marc Andreessen, quien recientemente destacó el tema en el podcast de Joe Rogan.
Andreessen acusó a la administración Biden de expandir la “Operación Choke Point”, inicialmente dirigida a industrias como las armas de fuego y la marihuana, para apuntar a nuevas empresas tecnológicas y criptográficas. Según Andreessen, al menos 30 fundadores han sido desbancarizados en los últimos cuatro años, sin advertencias ni posibilidades de apelación.
Desde entonces, la comunidad cripto ha adoptado el término “Operación Choke Point 2.0” para describir lo que perciben como esfuerzos coordinados por parte de los reguladores estadounidenses para socavar el sector.