Los resultados de la consulta CBDC de Nueva Zelanda muestran un entusiasmo público limitado

Los neozelandeses no están muy entusiasmados con la moneda digital del banco central, y los comentarios de la consulta pública del Banco de la Reserva de Nueva Zelanda revelan que la mayoría no la considera importante.

El 10 de diciembre, el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda (RBNZ) liberado los resultados de su consulta pública sobre una posible CBDC, que obtuvo comentarios de 500 presentaciones escritas y 18.000 respuestas a encuestas.

Más del 70% de los encuestados opinaron que una CBDC, a la que el banco se refiere como “efectivo digital”, no era importante. Además, sólo el 16% estuvo de acuerdo con el fundamento del RBNZ para introducir una CBDC para garantizar el acceso al dinero del banco central en forma digital y promover la innovación y la competencia en la economía digital de Nueva Zelanda.

La mayoría de los participantes expresaron preocupaciones sobre la seguridad, la privacidad y si un sistema de este tipo era necesario, mientras que el 65% no indicó ningún interés en las funciones propuestas como pagos automatizados y seguimiento del saldo en tiempo real.

El 90% de los encuestados señalaron el posible control gubernamental como su principal preocupación, vinculando la idea de una CBDC con una mayor trazabilidad y una menor privacidad. A algunos les preocupa que, aunque inicialmente no esté destinada a fines intrusivos, una CBDC pueda evolucionar hasta convertirse en una herramienta para monitorear o controlar el comportamiento financiero.

Los encuestados tampoco se mostraron en gran medida preocupados por el impacto de los criptoactivos como Bitcoin y Ethereum en el uso y la popularidad del dólar neozelandés. Muchos consideraban que las criptomonedas ofrecían diversas ventajas, como el suministro fijo y la ausencia de control centralizado.

Mientras tanto, algunos vieron las monedas estables como una alternativa viable “al tiempo que cuestionaban la necesidad de acceso directo al dinero del banco central”, una perspectiva firmemente contrarrestada por el gobernador del RBNZ, Adrian Orr, quien las considera inherentemente inestables y no un reemplazo viable de la moneda tradicional.

Para abordar estas preocupaciones, el Banco de la Reserva planea centrar su agenda de investigación en la privacidad y la autonomía.

“Estos problemas formarán la columna vertebral de nuestra estrategia para el usuario final. […] Tenemos la intención de examinar una amplia gama de instrumentos para proteger la privacidad y la autonomía, como medios legislativos, culturales o tecnológicos”, añadió.

El RBNZ lanzó su consulta el 17 de abril de 2024, que se prolongó hasta el 26 de julio, para explorar el futuro del efectivo digital. En ese momento, el director del RBNZ, Ian Woolford, aseguró que el banco central “no controlará ni verá cómo gastan su dinero”.

Según el banco central, el efectivo digital coexistiría con el efectivo físico, funcionando sin una cuenta bancaria comercial mediante el uso de una billetera digital, una tarjeta de pago o una aplicación móvil y, al mismo tiempo, admitiría transacciones fuera de línea a través de Bluetooth.

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