El Banco de Pagos Internacionales y los bancos centrales de Australia, Corea del Sur, Malasia y Singapur han introducido el Proyecto Mandala, un sistema que incorpora el cumplimiento normativo directamente en las transacciones financieras transfronterizas.
Esta iniciativa aborda obstáculos comunes en las transacciones internacionales, como las diferentes regulaciones que a menudo aumentan los costos y reducen la velocidad de las transacciones. Según el BIS, espera simplificar pagos transfronterizos sin sacrificar la privacidad o la calidad de los controles regulatorios mediante el uso de un enfoque de “cumplimiento por diseño”.
Project Mandala también puede integrarse tanto con sistemas modernos de activos digitales, como las monedas digitales de los bancos centrales, como con sistemas establecidos, como SWIFT, lo que lo hace flexible para las instituciones financieras tradicionales y los sistemas financieros digitales emergentes.
Transacciones transfronterizas mejoradas
Project Mandala ha llegado a la etapa de prueba de concepto, demostrando su funcionalidad en un entorno controlado. Los objetivos del proyecto se alinean con la visión del G20 de hacer que los pagos transfronterizos sean más rápidos, más baratos y más transparentes.
Este sistema emplea una arquitectura descentralizada con tres componentes principales: un sistema de mensajería de igual a igual, un motor de reglas y un motor de prueba. Estos elementos garantizan que se completen todas las comprobaciones reglamentarias antes de procesar los pagos.
Una vez verificados los controles, se crea una “prueba de cumplimiento” que acompaña a las transacciones digitales transfronterizas. Esta prueba de cumplimiento también está diseñada para proteger la privacidad del usuario, permitiendo la validación sin exponer datos confidenciales del cliente.
El Proyecto Mandala demostró su aplicación en el mundo real a través de dos casos de uso específicos. El primero involucró préstamos transfronterizos entre Singapur y Malasia, donde el sistema automatizó el cumplimiento de la gestión de flujos de capital y la detección de sanciones.
El segundo caso, que involucra a Corea del Sur y Australia, mejoró los procesos de cumplimiento para transacciones de valores no cotizados en financiamiento transfronterizo, según el BIS.