La siguiente es una publicación invitada de Jakub Ondrasek, director ejecutivo de Clore AI.
Las innovaciones tecnológicas como la inteligencia artificial, las criptomonedas, la computación cuántica y la realidad virtual están redefiniendo la vida moderna. La mayoría de los consumidores no saben cuánta potencia informática de alto rendimiento se necesita para impulsar esos cambios. Esta potencia informática está impulsando grandes avances, pero también contribuye a uno de los problemas más apremiantes del mundo: el uso insostenible de energía.
Un reciente informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) advierte que el consumo de electricidad de los centros de datos se duplicará para 2026. Mientras tanto, del billón de dólares gastado en hardware en la industria de TI cada año, se estima que alrededor El 50% de la potencia informática está inactiva.
Desperdiciar tanta potencia computacional mientras se persiguen fronteras cada vez más expansivas es una paradoja. ¿Cómo, cuando los avances son más numerosos y más rápidos que nunca, se puede permitir que estos poderosos recursos permanezcan inactivos? Si las industrias tecnológicas se toman realmente tan en serio la sostenibilidad como la innovación, la respuesta es: no pueden.
El costo ambiental del hardware inactivo
La carga medioambiental de la potencia informática no utilizada es pesada. Los recursos inactivos pueden considerarse el principal culpable en medio de la continua batalla de la tecnología para frenar su huella de carbono. La fabricación de GPU, CPU y otro hardware de alto rendimiento se basa en la extracción de elementos raros. Además, cuando este hardware se vuelve obsoleto o no se utiliza, genera niveles críticos de desechos electrónicos.
Cada GPU, servidor o centro de datos no utilizado sigue consumiendo electricidad para mantenerse operativo. Esto da como resultado emisiones de carbono que fluyen libremente y que no ofrecen ningún retorno tangible real. Mientras el mundo continúa lidiando con una crisis climática, esto es extremadamente difícil de justificar.
Es imperativo, por tanto, aplicar soluciones productivas que transformen las ineficiencias dentro de las infraestructuras existentes. Afortunadamente, los enfoques descentralizados ofrecen enormes oportunidades para combatir estas ineficiencias y minimizar su costo ambiental.
Alquiler de GPU descentralizadas: una alternativa ecológica
Las iniciativas populares, como el entrenamiento de modelos de IA, la criptominería y los procesos de renderizado digital, consumen mucha energía y es crucial garantizar el uso óptimo de los recursos existentes para satisfacer su demanda.
A medida que el poder computacional acumula polvo, los proveedores de nube centralizada como AWS y Google Cloud continúan sobreconstruyendo hardware. Es evidente que lo que se necesita no es la creación de nueva infraestructura. En cambio, la energía que ya está disponible debe hacerse más accesible para las empresas y desarrolladores que puedan utilizarla.
La tecnología Blockchain lo está haciendo posible. Con la mecánica peer-to-peer, la potencia de la GPU se puede distribuir según demanda a todas las partes. Las empresas y desarrolladores que no estén utilizando sus recursos pueden ofrecerlos. Aquellos que los necesiten, pero no los tengan, pueden asumirlos. Es una situación en la que todos ganan.
Para los proveedores de GPU, se crean flujos de ingresos. Se incentiva el intercambio de recursos. Para las empresas y los desarrolladores, se reduce la necesidad de fabricar componentes adicionales para ejecutar sus operaciones. Con una menor necesidad de producir y enviar nuevos equipos, las emisiones de carbono y los niveles de desechos electrónicos disminuirán. La mejora de la sostenibilidad se convierte en un subproducto natural.
Además, los sistemas descentralizados también distribuyen cargas de trabajo informáticas a través de una red global, lo que los hace inherentemente más eficientes energéticamente. En lugar de depender de centros de datos que consumen mucha energía y se concentran en unas pocas regiones, las cargas de trabajo se pueden distribuir donde los recursos estén más disponibles, a menudo aprovechando entornos de menor consumo energético o fuentes de energía renovables.
Redefiniendo la sostenibilidad en la industria tecnológica
El aumento de las medidas de sostenibilidad a menudo se asocia con una innovación tecnológica comprometida. Sin embargo, crear acceso bajo demanda a la potencia de la GPU desafía esta narrativa. El alquiler descentralizado de GPU hace que la potencia informática de alto rendimiento sea asequible para desarrolladores y proyectos de todos los tamaños. Este acceso democratizado no sólo ayuda a utilizar la energía inactiva, sino que también ayuda a revitalizar proyectos que sufren escasez de recursos.
Para las nuevas empresas y las empresas más pequeñas, el costo de los servicios tradicionales en la nube puede resultar prohibitivo. Las alternativas asequibles y de alto rendimiento pueden sacar estos proyectos –y las ideas de los desarrolladores individuales– del banquillo y llevarlos al campo de juego. De esta manera, las GPU descentralizadas pueden respaldar la innovación y prácticas más ecológicas en conjunto.
Las implicaciones más amplias son claras: si la industria tecnológica puede priorizar la utilización eficiente de los recursos, tiene el poder de liderar el camino en la lucha contra el cambio climático y la reducción de los desechos electrónicos. Los alquileres bajo demanda de GPU inactivas y otro hardware establecen un nuevo estándar, desafiando la dependencia tradicional de los centros de datos centralizados y la sobreproducción.
Este cambio requerirá más que tecnología: exige un cambio de mentalidad. Las empresas, los formuladores de políticas y los consumidores deben reconocer los obstáculos del sistema actual y estar dispuestos a adoptar un entorno más colaborativo.
Un llamado a la acción
En última instancia, hay mucho en juego. Si los centros de datos continúan consumiendo electricidad al ritmo señalado por la AIE, otros intentos de mejorar la sostenibilidad podrían resultar inútiles.
Si no se controla, el impacto ambiental de la informática ineficiente empañará los frutos de la innovación en curso.
Afortunadamente, soluciones como el alquiler descentralizado de GPU ofrecen un camino claro a seguir. No sólo podemos satisfacer la demanda diversificada de informática de alto rendimiento, sino que también podemos hacerlo en consonancia con un futuro más ecológico.
La elección es nuestra: aprovechar la energía no utilizada y crear más oportunidades a partir de los desechos electrónicos; o desperdiciar una oportunidad de reclamar poder sobre cómo alimentamos nuestras creaciones. La revolución tecnológica no tiene por qué producirse a expensas del medio ambiente. Al repensar cómo utilizamos nuestros recursos, podemos allanar el camino hacia un futuro en el que la innovación y la sostenibilidad vayan de la mano.